viernes, 1 de junio de 2012

La destrucción creativa: buscando la sostenibilidad en el cambio


Ante la rapidez con lo que suceden los acontecimientos actuales, si algo podemos decir casi con total seguridad, es que como decía Heráclito: la única constante en nuestra vida es el cambio y el movimiento. También desde la Teoría económica se ha postulado con el gran economista austriaco Schumpeter que la destrucción creativa de empresas para reinventar nuevos modelos es la base del capitalismo. Parece pues que no deberíamos ver únicamente como una amenaza los vertiginosos tiempos que nos ha tocado vivir.

Debemos seguramente ser conscientes que la esencia del capitalismo es el dinamismo y que un capitalismo estático sería en si mismo una contradicción. Son los emprendedores innovadores quienes crean mercados para los desarrollos de inventos de los contados genios a hombros de los cuales caminamos. El crecimiento y la creación de riqueza radica en esa difícil  y clásica combinación de muerte y renacimiento. La imagen de Dante descendiendo con el poeta Virgilio como guía a los infiernos en búsqueda de su amada Beatriz para redimirse y poder renacer juntos, es la imagen de un sistema capitalista que purga con las crisis los excesos para poder también renacer después con una nueva vitalidad.

Y quizás lo importante a nuestra pequeña escala sea buscar donde podemos encontrar la sostenibilidad en el cambio constante. La enseñanza económica indica también unívocamente que las empresas que logran sobrevivir son aquellas que están fundamentadas en unos fuertes valores compartidos. Es algo en principio tan inteligible como la Cultura corporativa la que marca la verdadera ventaja competitiva y la sostenibilidad de una organización independiente de los entornos a los que deba enfrentarse.

Sabemos que como Dante hay momentos que debemos descender a los infiernos por diferentes razones. Pero al igual que Dante tenía al poeta Virgilio como guía en ese descenso, nosotros no estamos tampoco solos: valores como la confianza, el esfuerzo, la humildad, el trabajo diario, la positividad y el  mirar hacia adelante nos darán esa sostenibilidad que muchas compañías que han sobrevivido también a entornos complicados llevan inscritas en su ADN a modo de Cultura empresarial.

Y aunque estos parecen tiempos de crisis desesperanzadores, ya también en las puertas del infierno de Dante figuraba la inscripción Lasciate ogne speranza, voi ch'entrate (abandonad toda esperanza a los que entren) y hemos sabido siempre salir de círculos descendentes siendo fieles a nuestro valores como grandes emprendedores de nosotros mismos que somos por el afortunado hecho de vivir.

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