viernes, 23 de marzo de 2012

Viviendo cerca de los por qué: el perspectivismo de Ortega y Gasset


Podemos adoptar diferentes actitudes ante la vida: desde verla como una cuestión meramente de supervivencia operativa privilegiando en nuestras elecciones el cómo, hasta intentar comprender el por qué de lo que hay detrás de esa inmediatez en la que en muchas ocasiones no nos queda más remedio que vivir. Lo que es común a estas actitudes es que van a depender sin duda de la visión personal que tengamos del mundo y nuestro acontecer personal, es decir, de nuestra perspectiva de las cosas.


Desde la filosofía es el pensador español Ortega y Gasset quien mejor desarrolla las lineas maestras que afirman que las distintas concepciones del mundo dependen del punto de vista circunstancial de los individuos mediante el denominado perspectivismo: para Ortega la realidad era suma de la existencia humana individual y su circunstancia, considerada como el ámbito de los problemas a los que tenemos que enfrentarnos como sujetos. Así por ejemplo para nuestra concepción la esencia de la Tierra no está en su definición astronómica o geológica sino en las dificultades y facilidades que nos ofrece: lo que nos sostiene, lo que a veces tiembla, lo que nos separa de nuestros seres queridos.

De esta filosofía Ortega proclama un principio dinámico: "la vida no tiene un ser fijo y dado de una vez para siempre, sino que está pasando y aconteciendo". El ser principal de un hombre, un pueblo o una época es su sistema de creencias. Ortega ponía la plenitud de la vida y la cultura en el cambio de valores y la recuperación de la vida espontánea como valor mediante el vitalismo. Cualquier circunstancia objetiva puede matizarse y superarse con nuevos conceptos circunstanciales desde nuestro Yo-Circunstancia en su devenir vital.

Y es en la educación con el fomento dinámico del crecimiento interior a partir de nuestra perspectiva y experiencia personal donde podemos extraer ese vitalismo que forma parte esencial de lo que nos conforma como seres humanos. El desarrollo personal solo se produce a partir de nuestra experiencia plena y directa de la realidad por más difícil que ésta pueda llegar a ser, como ocurre en la época actual. De aquí debe surgir una fuerte voluntad de querer estar bien fomentada por nuestra capacidad de interrogación.

Vivir diariamente cerca de los por qué será sin duda  la mejor garantía de que cualquier circunstancia vital nos ayudará a ampliar esa perspectiva personal que los tiempos actuales necesitan de cada uno de nosotros para poder avanzar.

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