lunes, 25 de abril de 2011

Buscando el límite: la economía al servicio de lo humano

Cuando nos preguntamos por nuestras necesidades tendemos casi siempre a ser maximalistas: la línea que divide el deseo y necesidad es muy delgada y más si tenemos en cuenta como hábilmente los estrategas del marketing son capaces de entremezclar ambos conceptos con el de felicidad por nosotros.

La economía esta íntimamente conformada en su estructura por millones de decisiones individuales que diariamente tomamos y que tienen una repercursión económica aunque no seamos conscientes de ello: salir al teatro, viajar a un país lejano, leer tranquilamente en casa, ir en coche a trabajar o hacer la compra en el supermercado marcan indefectiblemente el día a día de los indicadores económicos.

Pero más alla de esta consolidación  de hechos conductista que realiza la economía es importante también tener en consideración el espíritu subyacente que hay detrás de todo ello: existe un fuerte pensamiento ideológico en esta Ciencia Económica que parece indicarnos que lo positivo es ir creciendo sin límites en nuestras necesidades, en los resultados empresariales y que el éxito en la vida y en nuestro trabajo es únicamente ser capaces de progresar creciendo en nuestras posesiones físicas o resultados financieros.

Resulta significativo que otras Ciencias como la Física o la Química son plenamente conscientes de cuales son sus límites de conocimiento o de ejecución actuales en sus experimentos: la  imposibilidad de superar la velocidad de la luz, el principio de incertidumbre en la física cuántica o la entropía o pérdida inevitable de energía y orden en los sistemas cerrados son cuestiones limitantes que están claramente en el trabajo diario de estos científicos.

Y esta  es la cuestión más  importante que deben pensar actualmente los economistas: ¿Dónde esta el límite en la economía? ¿El crecimiento acelerado y uso desmedido de los recursos actuales es lo indicado para todos? ¿Al servicio de quién trabaja la Ciencia Económica?

No sería quizás mejor para  los economistas comenzar a ser humildes, como ya deseaba su prestigioso maestro Keynes, y dialogar con sus otros colegas físicos o químicos para empezar a entender que esos límites claros que ellos tienen también lo serán al final en la escasez de recursos o energía para la economía. Y con esta lección aprendida repensar su bases ideológicas para poner la economía al servicio de todo lo humano como partnership entre las personas en su conjunto y la naturaleza.

Y nosotros debemos también pensar que a nuestra pequeña escala, con nuestra acciones individuales y sobretodo con nuestra actitud diaria solidaria con los demás y uso de recursos como los renovables somos también motor y parte activa del cambio en esta nueva era que ya estamos viviendo.

domingo, 17 de abril de 2011

La necesidad de redención: haciendo el mundo habitable

Si nos paramos a pensar que hace para nosotros habitable el mundo a nuestra pequeña escala personal quizás descubriremos que gran parte de esas cosas con las que en ocasiones contamos están íntimamente relacionadas con la necesidad que todos los seres humanos tenemos de liberarnos muchas veces de nuestras restricciones o cadenas.

Esta necesidad de redención es algo intrínsecamente humano: esa capacidad de aceptar las cosas que no nos salen bien e intentar cambiarlas a mejor. Muchas veces es una liberación del dolor o intentar volver a adquirir algo que se había perdido pero sin duda el sentir esa necesidad de liberación y demandar ayuda en ese cambio o catársis nos define como personas y da sentido y habitabilidad a nuestro mundo.

A pesar de existir desde el punto de vista físico una única realidad externa las visiones de la misma son tan diversas como habitantes tiene la tierra. Como decía el filósofo vienes Witggenstein con nuestro lenguaje creamos nuestra propia y única visión del mundo y es esta perspectiva que, en algunos momentos nos parece gris o desesperanzada,  la que necesitamos calibrar y ajustar mediante la ayuda de los demás a modo de redentores y también conjuntamente con el poder sanador de las palabras.

Y no sólo habitar sino repoblar espiritualmente el mundo en estos momentos de redención es una de las grandes ayudas que puede ofrecernos la poesía ya que con sus palabras salidas de la íntima convicción de Ser el lenguaje nos toma a nosotros y nos abre nuevos caminos inexplorados  para nuestra conciencia produciendo ese efecto catárquico o de cambio que tanto necesitamos a veces.

Escuchar al poeta Pablo Neruda en el video recitado de su poema Me gusta cuando callas es una de las mejores formas conocidas de redención  y con el que os dejo para vuestro calibraje y ajuste fino con vuestra propia visión del mundo.


domingo, 10 de abril de 2011

Vivir desde el olvido: la escritura de nuestra vida

¿Qué nos pasaría si no consiguiésemos olvidar nada de lo que hacemos? ¿Si fuésemos capaces de recordar cualquier detalle de nuestra vida por nimio que sea? Recordar precisamente no sólo los buenos momentos sino también todos y cada uno de nuestros fracasos, nuestras pequeñas derrotas de la vida cotidiana o los momentos en que hemos pasado más vergüenza: entonces quizás la vida no nos sería soportable.

Y es que aunque nos sorprenda o nos parezca lo contrario todos nosotros vivimos nuestra vida básicamente desde el olvido: nuestra memoria en el fondo es limitada y esta influenciada en su consolidación por el denominado cerebro emocional que es el que marca los recuerdos a consolidar.

Pero si nos paramos a pensar detenidamente sobre lo que hicimos exactamente hace cierto tiempo en el fondo no recordaremos con exactitud casi nada. Solamente lo que nos marca en positivo o negativo tiene cabida en nuestra memoria a largo plazo. E incluso muchas veces inconscientemente somos capaces de borrar o esconder esos malos momentos que todos tenemos.

Pero esta vida nuestra, vivida desde el olvido, lejos de ser una cuestión que puede parecernos inquietante es afortunadamente el mar de fondo  que nos permite ser dueños de la escritura de nuestro propio camino vital  y desde esa mala o a veces interesada memoria construir nuestros recuerdos y propia historia personal que nos permita seguir avanzando siempre hacia adelante.

Pensemos que si pudiésemos  recordar cada detalle quizás sólo seríamos capaces de dar meras descripciones desapasionadas de lo que nos ocurre y  en cambio viviendo desde este olvido consustancial a nosotros y haciendo uso de nuestro gran poder  imaginativo, podemos construir relatos narrativos personales y confiar en compartirlos con otros seres olvidadizos como nosotros. Relatos donde tengan cabida nuestros deseos, esperanzas o sueños.

El genial escritor argentino Jorge Luis Borges tiene un pequeño relato denominado Funes el memorioso, del cual tenéis una breve introducción en el vídeo de abajo, en el que nos cuenta lo que le ocurre a su personaje Funes que es incapaz de vivir la vida porque no es capaz de olvidar.

Y vosotros: ¿Qué olvidáis? y ¿Cómo os recuerdan?

domingo, 3 de abril de 2011

Invitación de boda: la elección del compromiso

Cuando uno recibe una invitación de boda no puede evitar sonreír feliz interiormente porque sabe que en el fondo es una pequeña gran victoria de dos personas en unos tiempos donde algo denominado compromiso muchas veces brilla por su ausencia.

Algunos pensarán que es una victoria temporal como la vida misma o muchas veces pírrica, pero la sustancia íntima que conforma al Ser Humano es la que le dan sus sueños y estos a pesar de que al final quizás se desvanezcan son sólo nuestros y nosotros decidimos con quien los compartimos dando sentido a lo que hacemos y deseamos.

Y es que todo Ser Humano a lo largo de su vida tiene que saber conciliar y equilibrar tres factores con los que sin duda tendrá que lidiar:
  • El primero es el determinismo de sus circunstacias de nacimiento sociales y físicas algo que marca el denominado carácter o ethos clásico y la forma de enfrentarnos a la realidad o nuestro destino pero que puede modelarse y superarse y tenemos grandes ejemplos históricos de ello.
  • El segundo es el azar que es algo inevitable y que a veces soplará favorable y otras muchas veces, como todos sabemos, en contra.
  • Y finalmente la voluntad: esa fuerza interior capaz de doblegar los dos primeros factores en el íntimo convencimiento vital de querer estar bien y vivirlo con alguien.

Y nada como dos personas que libremente eligen comprometerse desde el sentimiento  mútuo para equilibrar esa balanza  de buenos y malos momentos que a veces es la vida. En esta época postmoderna donde la informalidad y falta de seriedad ha devastado mucho de lo que hacemos, volver temporalmente y dar importancia a las formas  y al compromiso materializada en una boda clásica nos reconforta con lo que somos y queremos ser y es sin duda uno de los mejores regalos posibles.

Sólo nos queda en estas circunstacias desear lo mejor : diálogo ya que como decía el escritor francés André Maurois: "Un matrimonio feliz, es una larga conversación que siempre parece demasiado corta"