sábado, 5 de febrero de 2011

Esperando a Godot: el sinsentido de la desesperanza


Vivimos unos tiempos en que se ha instalado una sensación de espera, de paréntesis, de cierto inmovilismo y desesperanza, de dejar pasar secretamente el tiempo y pensar que tiempos mejores tienen que venir. E intentamos protegernos y proteger a los nuestros y lo que tenemos, ante un entorno en crisis que nos parece hóstil, revolucionario en varios países, absurdo en muchos momentos y que sin duda nos llega a desconcertar.

Hay una obra teatral ya clásica que refleja fidedignamente esta época actual y ésta es Esperando a Godot del irlándes Samuel Beckett. Estrenada en París en 1953 es una obra enmarcada dentro del denominado teatro del absurdo y la filosofía existencialista y que trata la eterna espera de dos seres humanos casi vagabundos que se encuentran a la orilla de un camino en un paisaje desolado esperando, esperando y esperando a un tal Godot que no termina de hacer presencia pero aunque "hoy no vendrá, mañana de seguro sin falta, lo hará".

Lo desconcertante de la obra no es que Godot nunca llegue, sino que parece que nada ocurra en la vida de esos personajes en un constante ciclo de repeticiones en la que la cotidianidad de los personajes van reflejando el sinsentido de su actitud de eterna espera.

Y quizás nosotros deberíamos pensar que no tiene sentido estar desesperanzados por el entorno actual, que como a los personajes de Beckett la vida es lo que ocurre mientras hacemos planes y que no podemos pasárnosla esperando a que venga nuestro Godot. Tomar las riendas activas de nuestra vida, hacer lo que nos gusta, disfrutar las pequeñas cosas del día a día, comunicarnos con nuestra gente estimada es una actitud vital a nuestro alcance que nos proporciona una victoria diaria contra el miedo que provoca el inmovilismo de la situación  actual y contra el sinsentido de la desesperanza.

Os dejo para esperanzaros con un poético video animado de una canción de piano del magistral compositor moderno  francés Yann Tiersen que nos hace sentir lo rápido que pasa la vida y lo que deberíamos valorar de ella.

Y tú  ¿aún sigues esperado a Godot?


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