domingo, 30 de enero de 2011

Art Nouveau: Klimt y la elegancia simbólica del arte

Cuando a veces nos acercamos a una obra de arte o algún estilo pictórico quizás inconscientemente lo que estamos haciendo es tratar de reconocernos en el estilo o en dicha obra en concreto. Nuestra experiencia estética busca reconfortarse y vivir más intensamente, con más profundidad y nuevos horizontes, una vida deseada, esperada o a veces cotidianamente negada pero que encuentra en el arte una forma de reencontrarse con lo que queremos íntimamente ser o deseamos experimentar aunque sea en breves momentos de felicidad.

Muchos estilos y obras abarcan nuestra historia artística pero si tuviese que eligir un estilo artístico este sería el Art Nouveau de principios del siglo XX, un arte sin duda elegante, culto, sensual, inspirado en la naturaleza, con una evidente alegría de vivir en la nueva época que marcaba el desarrollo imparable de la industrialización y donde lo simbólico aún predominaba ya que entendían muy bien que el mundo visible es sólo un pretexto. Un arte que abarco no solo la pintura sino también la arquitectura, decoración y escultura y que en nuestro país tuvo una gran influencia denominándose  Modernismo y que tan bien supo recoger los gustos de la burguesía emergente de una época de cuya elegancia y valores de progreso y apoyo a la cultura aún podemos afortunadamente disfrutar por las calles de Barcelona.

Y dentro de los grandes representantes de esta forma de concebir el arte es el autríaco Gustav Klimt el que mayor relevancia estética y vivencial tiene. Una pintura impactante, con una gran carga vivencial simbólica y donde la figura femenina y sus sentimientos es central .Muestra las mujeres como étereas, misteriosas, seguras, casi como sirenas rodeadas de flores y oro. Y desnuda literalmente sus sentimientos, deseos y formas de entender la vida. Una pintura que sin duda nos abre nuevos horizontes de comprensión del sentimiento profundo de lo femenino y de la que os dejo con un magnífico vídeo con música de Sting para vuestro disfrute estético y reflexión  sosegada sobre lo que Goethe denominaba el eterno femenino que afortunadamente salvará al mundo.

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