martes, 7 de diciembre de 2010

Elogio de la bondad: Lectura recomendada


Quiero recomendaros un libro de pensamiento que nada un poco a contracorriente del actual paradigma de individuo económico racional egoísta. Se títula "Elogio de la bondad" de Adam Phillips y Barbar Taylor y en él se responden a una serie de preguntas que ya aparecen en la contraportada:

¿Por qué hoy en día la bondad es vista más como un signo de debilidad que de fortaleza? ¿Por qué ha perdido su condición de virtud para convertirse en una práctica inocente y estéril? ¿Habrá que resignarse ante el imperio de la crueldad y el egoísmo? ¿O todavía podemos confiar en su capacidad para transformar la sociedad en que vivimos?

Como dice el filósofo Alan Ryan, “nos pertenecemos los unos a los otros” y la vida buena es la que “refleja esta verdad”. Lo que la sociedad victoriana llamaba “tener buen corazón” y los cristianos “caridad” sigue siendo esencial para nuestra salud emocional y mental, por motivos a la vez evidentes y ocultos, según sostienen los autores de esta exploración del concepto de bondad.

De nada nos sentimos más sistemáticamente privados que de la bondad ajena; la indiferencia de los demás es la queja de nuestro tiempo. La bondad nos preocupa continuamente y sin embargo somos incapaces de vivir gobernados por ella.

La bondad es lo que hace que la vida merezca vivirse, y todo lo que va contra la bondad es una agresión a nuestra esperanza. Lo que en verdad buscamos sistemáticamente en los otros es su bondad y sin embargo se convierte en un placer prohibido por considerarse un signo de debilidad.

Cómo indica uno de los personajes en un campo de concentración de la monumental novela Vida y Destino del ruso-ucraniano Vasili Grossman la bondad secretamente mueve el mundo:

   "Esa bondad, esa absurda bondad, es lo más humano que hay en el hombre, lo que le define, el logro más alto que puede alcanzar su alma. La vida no es el mal, nos dice.
Esta bondad es muda y sin sentido. Es instintiva, ciega. Cuando la cristiandad le dio forma en el seno de las enseñanzas de los Padres de la Iglesia, comenzó a oscurecerse; su semilla se convirtió en cáscara. Es fuerte mientras es muda, inconsciente y sin sentido, mientras vive en la oscuridad viva del corazón humano, mientras no se convierte en instrumento y mercancía en manos de predicadores, mientras que su oro bruto no se acuña en moneda de santidad. Es sencilla como la vida. Incluso las enseñanzas de Jesús la privaron de su fuerza; su fuerza está en el silencio del corazón humano "
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1 comentario:

  1. “El único signo de superioridad que conozco es la bondad”
    Ludwig Van Beethoven

    Gracias a Dios, la bondad tiene una fuerza inmensa, sus actos se multiplican y compensan así el sumatorio de los actos del mal.
    La bondad transfiere autoridad, pues en ella aprecias la fuerza que transmite la equidad y el amor incondicional.
    Hay frases que inspiran al corazón y le animan en su cruzada hacia el bien, donde la bondad adquiere un papel trascendental, pues será su puerta de entrada:
    El bien puede resistir derrotas; el mal no.
    Rabindranath Tagore

    La bondad obedece a una voluntad, la voluntad de querer ser bueno, la voluntad de querer compartir el amor que emana del corazón.
    Para poder ser bondadoso hay que ser fuerte, pues la fuerza emanará de la autoestima, de la confianza y del poder de la asertividad.
    La maldad, la agresividad y el despotismo nacen de la debilidad, de un miedo inconsciente que azota la personalidad de aquel que no acepta su verdad ni se siente digno del amor.
    La bondad tiene más importancia que la sabiduría puesto que es una actitud y la sabiduría una aptitud. La primera nace del corazón y es una condición del Ser, mientras que la segunda nace de la mente y es una condición del ego.
    Gracias Alfonso por tus sabias reflexiones.
    Namaste.
    Jordi

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